De acuerdo con los datos publicados por la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) el pasado año se vendieron 223.561 unidades dentro de nuestro país, lo cual supone más de un 14% del total de bicicletas comercializadas (1.571.368). Esta cifra revela un crecimiento del 5,3% interanual y ha supuesto un récord histórico. Además, según vaticinan los expertos del sector, esta tendencia alcista se mantendrá como una pauta durante los próximos años.
Las e-bikes o bicicletas eléctricas han pasado a convertirse en uno de los medios de transporte más utilizados dentro del contexto urbano. Sus prestaciones la han posicionado como una alternativa real frente al coche tradicional o al transporte público. No es extraño si tenemos en cuenta sus beneficios. Se trata de un medio eficiente, versátil y económico, al mismo tiempo que una fórmula sostenible desde el punto de vista medioambiental.
E-bikes: Estos son los tipos de bicicletas eléctricas que existen
La conducción de una bicicleta tradicional exige de un esfuerzo físico que, en función del contexto o de la distancia a recorrer, puede sobrepasar nuestras posibilidades. La implementación de un motor eléctrico que proporciona asistencia durante el pedaleo es la principal baza de las bicicletas eléctricas.
No obstante, no existe un único modelo. En el mercado es posible identificar diferentes tipos de e-bikes. Cada uno de ellos se orienta a un contexto específico y a unas necesidades o hábitos particulares. ¿Estás valorando la posibilidad de comprar una? Si es así, presta atención. A continuación compartimos contigo una pequeña guía que te será de gran utilidad a la hora de tomar una decisión de compra inteligente. ¡Presta atención!
Bicicletas eléctricas de paseo
Son una buena alternativa para llevar a cabo desplazamientos urbanos recorriendo distancias cortas o medias. Una bicicleta eléctrica de paseo puede ser la opción más conveniente para aquellas rutas que se realizan con relativa frecuencia. Están pensadas para cubrir distancias entre puntos clave como el domicilio y el lugar de trabajo.
Su diseño está configurado para garantizar experiencias cómodas y proporcionar una conducción erguida.
En el mercado es posible identificar modelos con diferentes fórmulas de cuadros: En diamante, trapecio o cuello de cisne por ejemplo. Además, se comercializan con el equipamiento completo: Guardabarros, luces, pata de cabra, portaequipajes…
Bicicletas eléctricas todocamino
Su versatilidad las convierte en la fórmula más robusta dentro del segmento urbano. Se trata de una propuesta más deportiva y preparada para afrontar de forma reincidente trayectos más extensos y con diferentes tipos de pavimentos. La mayoría de los modelos que integran el segmento poseen ruedas de grandes dimensiones (28 pulgadas aproximadamente) y con capacidad para adaptarse a cualquier tipo de tramo y carretera.
Además, su sistema abarca diferentes marchas por lo que el usuario puede graduar su potencia para adaptarla al contexto en que se encuentre: Bosque, ciudad o periferia. Todos estos rasgos la posicionan como la solución perfecta para aquellos usuarios que viven fuera del núcleo urbano y necesitan desplazarse hasta la ciudad con relativa asiduidad por cuestiones de trabajo. En definitiva, las bicicletas eléctricas todocamino están adaptadas para recorrer de forma eficaz todos los tipos de superficies, independientemente de si se trata de caminos o arcenes asfaltados.
Bicicletas eléctricas de senderismo
Van un paso más allá de las bicicletas todocamino. La robustez es su principal rasgo así como la funcionalidad. Este tipo de fórmulas están configuradas para proporcionar una experiencia agradable y cómoda en un contexto de seguridad. Al estar orientadas a las rutas de largas distancias, conceden mayor atención a la resistencia y la durabilidad. Las bicicletas eléctricas de viaje cuentan con un diseño aerodinámico y preparado para generar sensaciones cómodas durante largos periodos de tiempo.
En el mercado es posible identificar alternativas para hombre con una estructura en cuadro diamante y para mujer, en cuadro trapecio. Se comercializan con el equipamiento completo que, en este caso, presenta algunas prestaciones extra como por ejemplo un mayor número de marchas o un desviador integrado en el buje trasero. El resultado es un medio capaz de emular con total precisión las sensaciones asociadas a las sesiones de senderismo que se llevan a cabo a partir de bicicletas tradicionales.
Bicicletas eléctricas plegables
La ligereza es su seña de identidad. Tal y como ocurre con las bicicletas plegables convencionales, sus análogas eléctricas se orientan fundamentalmente a las demandas que se generan en los contextos puramente urbanos. Están diseñadas para proporcionar respuesta a todos aquellos usuarios que necesitan tener al alcance de la mano un medio de transporte fácil de almacenar dentro de oficinas o apartamentos. Además de que su adquisición puede minimizar considerablemente el riesgo potencial de robo pues no necesitan ser estacionadas en exteriores, también pueden llevarse fácilmente en el interior de medios de transporte públicos como trenes o autobuses.
Con respecto a sus prestaciones, cabe mencionar que están enfocadas a cubrir trayectos de distancias cortas. Su estructura integra un motor en la rueda, una transmisión ensamblada en el buje, así como una correa. En conjunto proporcionan una interesante libertad de desplazamiento en entornos dinámicos como las grandes ciudades.
Bicicletas eléctricas de carga
Su proliferación se ha extendido considerablemente durante los últimos años. ¿La razón? En realidad, hay varios factores que explican su popularidad. Por un lado, se ha extendido la tendencia a obviar la utilización del coche dentro de los núcleos familiares. El encarecimiento del combustible ha hecho que cada vez más familias recurran a este tipo de alternativas. Por otro lado, la multiplicación del comercio online ha hecho que las entregas a domicilio se disparen posicionando a las bicicletas eléctricas de carga como una solución cada vez más demandada. Es posible identificarlas en diferentes gamas. Desde diseños que integran dos ruedas, hasta otros que integran tres y una caja o envase de grandes dimensiones en la parte trasera o delantera.
Aunque a priori pueden dar la sensación de ser endebles, las bicicletas eléctricas de este segmento pueden soportar cargas de hasta 100 kg sin contar el peso del conductor. No obstante, sus elevadas prestaciones y su potencia se reflejan en precios de mercado sensiblemente superiores. Las cifras oscilan en torno a los 4.000 euros aunque a largo plazo pueden proporcionar un retorno de inversión importante.
Comprar un bicicleta eléctrica: Factores que deberás tener en cuenta
Peso
Es una de las variables más condicionantes. El peso de una bicicleta eléctrica puede determinar su usabilidad y alterar la experiencia de conducción tornándola más o menos confortable. El peso depende directamente del material del que esté elaborada. En el mercado es posible encontrar alternativas fabricadas a base de aluminio o de fibra de carbono. En función del material el presupuesto también oscilará. En general, cuanto más ligera sea más cara será. Lo más aconsejable es probarla antes de tomar una decisión y valorar hasta qué punto merece la pena invertir más o menos de acuerdo con las necesidades reales del usuario.
Tipo de motor
Es posible identificar dos gamas de motor. Por un lado, motores con escobillas. Tienden a tener un peso considerable y además, generan mayor ruido cuando están en funcionamiento. Además, son más asequibles. En general, aquellas e-bikes que poseen motores con escobillas tienden a tener precios de venta bastante reducidos. Por otro lado, podemos encontrar motores sin escobillas. Son un componente bastante más ligero y además, no generan ningún tipo de contaminación acústica. Sus prestaciones le llevan a ser un complemento menos económico. Optar por e-bikes con motores sin escobillas se traduce en una inversión bastante superior.
Posición del motor
La distribución del motor es variable. Puede ubicarse en las ruedas (tanto en la trasera como en la delantera), así como en el eje central. Los modelos que integran el motor en el eje central distribuyen la energía eléctrica hacia los pedales. Cuando se ubica en la rueda delantera pueden generarse algunos inconvenientes. Por un lado, existirá mayor peso en esa zona del vehículo por lo que la sensación de conducción puede tornarse menos fluida porque los impactos (por ejemplo, ocasionados por baches) tienden a manifestarse con mayor intensidad.
Por último, si el motor se ubica en la rueda trasera, la experiencia de conducción se torna más estable aunque, por otro lado, la velocidad de desplzamiento tiende a reducirse.
Tipo de batería y período de recarga
La mayoría de modelos cuentan con baterías de litio debido a su alta vida útil y su reducido peso. No obstante, también es posible encontrar opciones con baterías de plomo, níquel o hidruro metálico. Se trata de materiales más rudimentarios y, por lo tanto, al mismo tiempo más económicos. En promedio, las e-bikes deben ser cargadas cada tres horas aproximadamente. Sin embargo, este periodo puede verse modificado en función de las prestaciones y, una vez más, dependiendo del precio. Aquellos modelos de gama superior suelen cargarse en menos tiempo.
Autonomía
Para poder saber con exactitud cuál es el grado de autonomía de un modelo es necesario verificar la capacidad de la batería. Ésta se expresa en Wh, es decir, vatios por hora. La mayoría de los modelos que integran el mercado suelen presentar una batería con capacidad de entre 300 y 400 Wh. Estas cuotas se traducen en recorridos de entre 40 o 60 kilómetros. En caso de que las necesidades del conductor sean superiores, es preferible optar por soluciones de gama superior. Éstas pueden alcanzar entre 100 y 150 kilómetros de autonomía.
Frenos
La generalidad integra frenos V-Brake. Su principal punto fuerte reside en que son soluciones asequibles desde el punto de vista económico. Además, al mismo tiempo poseen unas necesidades de mantenimiento bastante reducidas. Las e-Bikes de gama superior incluyen casi en su mayoría frenos de disco mecánico o hidráulico. A pesar de que cuentan con unas prestaciones superiores, sus necesidades en concepto de mantenimiento son mayores.
Suspensión
Es una variable más secundaria y responde a las preferencias personales de cada usuario. La alternativa más cómoda y estable se compone de un amortiguador trasero y suspensión delantera. No obstante, también tiende a generar un encarecimiento en el precio final, así como unas reparaciones asociadas más costosas.
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